El Rejoneo



El rejoneo es un arte taurino ejecutado por un torero (llamado rejoneador) que monta un caballo domado y lidia a un toro bravo. Tiene lugar en una plaza de toros con idéntica estructura a las corridas de toreros: 
La faena se divide de igual forma en tercios y el rejoneador coloca las banderillas a caballo.

Se llama rejoneador al matador de toros a caballo, ligado a la más antigua tradición y orígenes de la tauromaquia, cuando los torerosmontados a caballo y no los de a pie, eran el centro del espectáculo taurino.

El rejoneador recibe su nombre por su característica de toreo, que consiste en colocar sobre el dorso del toro adornos de tela y colores anclados a la piel del animal con una cuchilla que va montada sobre una vara de madera de 1 a 1,5 metros de largo llamada rejón.

El Traje
Por regla general, los rejoneadores visten un traje que se llama campero.Como en el caso de los arreos del caballo, el vestuario del caballero guarda mucha relación con el trabajo campero que realizan las personas relacionadas con el ganado, de donde deriva el rejoneo a la española.


El primer rejoneador de quien tenemos noticias que usó por vez primera un traje campero fue Antonio Cañero. 
El gran rejoneador se presentó por primera vez como profesional en la plaza de San Sebastián en el año 1923, vistiendo traje campero, iniciando así una tradición que llega hasta nuestros días y que diferencia a los rejoneadores españoles de los portugueses, ya que en Portugal la tradición fija el atuendo en el siglo XVIII.


Hablando del rejoneo en España, los caballeros visten en la actualidad traje campero, con sombrero de ala ancha, calzona, chaquetilla y botos camperos. Sobre la calzona lucen zahones de cuero repujado, que protegen la parte delantera de las piernas del caballero. La calzona corta, rematada por el exterior con caireles (pueden ser de plata, aunque no es usual), permite el contacto directo de la bota del rejoneador con el caballo. Otras prendas y accesorios que componen el traje del rejoneador son la camisa, con o sin chorreras, el chaleco, los tirantes, el pañuelo, y el marsellés (chaquetón corto de abrigo que se pone sobre el traje corto).

La vestimenta en Portugal. Por el contrario, los rejoneadores portugueses visten, 'a la federica'. Este modo de vestir es el formado por un traje de caballero del siglo XVIII. Llevan una casaca, que puede ser de seda o de terciopelo de distintos colores, bordada en oro, plata o azabache y chaleco también bordado; debajo una camisa blanca con chorreras. 
Los ocho botones de la camisa son de filigrana de oro o de plata y hay algunos rejoneadores que gustan de poner su escudo, su anagrama o sus armas.
Los puños de la casaca llevan una ancha bocamanga y rematan en puñetas de puntilla. 
En el bolsillo derecho suelen dejar asomar un pañuelo de fina puntilla. 
Llevan también calzón corto ajustado a la pierna, que normalmente es de color claro, con una fila de botones de plata sin repujar en su parte exterior; sobre el calzón corto, medias blancas que sobresalen del boto hasta por encima de la rodilla.

Para cubrirse la cabeza utilizan un tricornio adornado con un ribete de plumas de avestruz. 
Pero hay que distinguir que, en Portugal, el 'cavaleiro amador', aquel que no ha debutado como 'cavaleiro praticante', se viste con un traje corto igual al antes comentado de los rejoneadores españoles. 
En algunos casos, el traje corto portugués puede llevar bordados de oro con motivos florales ribeteando la chaquetilla y las bocamangas. 
El calzón corto que utilizan no se remata con caireles y nunca se complementa con los zahones.






Todo rejoneador tiene en su cuadra caballos de varios tipos, estampas y razas, pero cabe señalar que siempre hay diferencia en ellos por y para lo que están domados y entrenados, hay varios que pueden servir para el paseíllo, para salida, banderillas (que por lo general habrá 3 para esta suerte), pero para su mejor conocimiento, aquí te mostramos cada tipo de caballo y su descripción para tu mayor conocimiento. 

El caballo para el rejoneo tiene que ser una herramienta perfectamente equilibrada, con toda la ligereza posible. 
La compenetración entre el rejoneador y su montura tiene que ser tal, que el jinete piense y el caballo ejecute sin dudar ni un instante. 
Si el caballo está perfectamente domado, el rejoneador da las ayudas por actos reflejos, y no tiene que pensarlas, por lo que podrá centrar su atención en el toro.
Al caballo de rejoneo hay que domarle, afinarle, tenerle obediente y ligero en los movimientos.
Es importante que el animal esté reunido; y para ello, hay que tener perfectamente conseguidos todos los movimientos y el galope perfeccionado al máximo, dominándole a cualquier velocidad, lo mismo por derecho, que en giros, que en apoyos, sean laterales o diagonales.

Para elegir un caballo de rejones hay que ver que tenga buen temperamento, que sea generoso, que galope bien, con soltura, que físicamente esté bien proporcionado, que tenga prestancia, que se exprese sintiendo al toro, es decir que se sienta artista y transmita al público.
 Que tenga velocidad para la salida, belleza para banderillas y valentía para matar.


Diferentes funciones del caballo en el rejoneo

El caballo de paseillo
El paseíllo en una corrida de rejones tiene su importancia, pues el público siempre agradece un paseíllo bien hecho.
El caballo utilizado en el paseíllo debe ser cuanto más espectacular mejor, de tamaño medio, tirando a grande. 
Su doma tendrá que ser lo más perfecta posible. 
Los aires que más se utilizan son el passage y el paso español.

El caballo de salida
La finalidad principal de las suertes de recibo es parar al toro, templar y fijar su embestida; además de restarle fuerza mediante los rejones de castigo, midiendo ésta y dejándole algo más de la justa para poder matarlo. Para el primer tercio se requiere una cabalgadura muy manejable, con una cuidada doma, que tenga potencia y velocidad, y que se doble con el toro en círculos pequeños para poderle. Debe ser, por lo tanto, un caballo muy poderoso, reunido, muy ligero, tanto en obedecer como en rapidez, con el galope afinado al máximo, con buena boca y muy seguro. Los caballos cruzados son los que más se utilizan para saludar al toro en la plaza.


El caballo de banderillas
Una vez que el toro está ahormado con los rejones de castigo, se cambia de caballo. El tercio de banderillas es el más artístico y el más vistoso, en el que se basa el éxito de la faena. Se trata de mostrar la doma y la aptitud de la cabalgadura. Por ello, se requiere un caballo más artista a la hora de ejecutar las suertes; que tenga armonía, expresión y que se sienta torero. Un animal menos veloz, pero ágil, con temple y con valor, que les llegue cerca a los toros y no proteste, y que se doble para realizar bien las suertes, tiene que estar bien domado para poder ligar las suertes con facilidad. El caballo más torero será aquel que vaya con armonía, presumiendo, con tranquilidad, la cara colocada, expresiva; que sienta al toro, que ponga las orejas hacia atrás, que lo mire, que lo engañe, que toree por si mismo, que mida las distancias no dejándose tocar, pero llegue tan cerca que permita al rejoneador clavar al estribo, al mismo tiempo que saca la grupa y rodea el pitón derecho, saliendo por el rabo del toro. En estas características se ajusta un caballo español, lusitano o hispano-árabe, ya que sus aires poseen expresión y belleza a raudales y su nobleza facilitará la doma.


El caballo del último tercio
La realización eficaz del tercio de muerte es fundamental a la hora de conseguir trofeos. La principal virtud del caballo de matar es la valentía. El animal debe ir despacio y derecho al toro, debe ser capaz de llegarle muy cerca y hacer una reunión ajustada. Es importante, además, que tenga un galope suave, que permita al jinete no moverse de la montura para clavar con mayor precisión. 


Rejones de castigo: 
Como es lógico los trastos fundamentales de los rejoneadores son los propios rejones. Estos consisten en un asta de madera con una cuchilla en la punta y una muesca cerca de ella, que es el lugar por donde se parte en el momento de clavar el hierro en el toro. El Reglamento de Espectáculos Taurinos en vigor establece que los rejones deben tener un largo de 1,60 metros y la lanza estará compuesta por un cubillo de 6 cm de largo y 15 de cuchilla de doble filo para novillos y 18 cm para los toros, con un ancho de hoja de 25 mm. En la parte superior del cubillo tiene una cruceta de 6 cm de largo y 7 de diámetro en sentido contrario a la cuchilla del rejón.

 Banderillas:
Las banderillas que se utilizan en el toreo a caballo tienen las mismas características que las del toreo a pie, salvo que el palo puede tener mayor longitud, hasta 80 centímetros. 
En un extremo del palo se encuentra el arpón de acero, que debe ser de una longitud de 60 milímetros, de los que 40 serán destinados al arponcillo, que tendrá una anchura máxima de 16 mm. Las banderillas cortas tienen una longitud de palo de 18 mm. de diámetro por 20 cm. de largo con el mismo arpón que las largas. Las banderillas denominadas rosas consisten en un cabo de hasta 20 cm. de largo con un arpón de 8 mm. de grosor.


Rejones de muerte: 
Los rejones de muerte, también llamados rejones de hoja de peral debido a su forma, deben tener como máximo 1,60 metros de largo, un cubillo de 10 cm. y las hojas de doble filo, 60 cm. para los novillos y 65 para los toros, con 25 mm. de ancho.


Farpas:
La farpa es una banderilla de metro y medio de largo, de madera quebradiza, muy utilizada en Portugal, de donde es originaria.


Muleta:
La muleta es la misma que se utiliza para torear en el toreo a pie. Los rejoneadores la utilizan para embeber al toro en ella y así poder descabellar si fuese necesario. Suele ser de franela y se sujeta con un palillo de 50 centímetros llamado estaquillador. Los tamaños varían según las preferencias de cada torero.

Estoque:
El estoque o espada, como en el caso del toreo a pie, es una espada de forma prismática rectangular, con la que se da la estocada.

Descabello:
Como en el toreo a pie, el descabello o verduguillo es una espada recta que tiene un tope que sólo le permite a la punta penetrar unos centímetros. Los rejoneadores la utilizan cuando el animal no ha caído tras los rejones de muerte.

El primer tercio se corresponde con el tercio de varas del toreo a pie. Es menos vistoso que el de banderillas pero es el más eficaz, ya que de lo que se haga en él dependerán en gran medida los otros tercios.

La finalidad principal de las suertes de recibo es parar al toro, templar y fijar su embestida; además de restarle fuerza mediante los rejones de castigo.

El objetivo es probar al toro, ver cómo es. Hay que enseñarle a embestir, templarle con la grupa y la cola del caballo (que son el capote del toreo a pie).

Hay que ver la querencia del toro, reducirla o aprovecharla, y poner al toro en el sitio clave para hacer la suerte. Para lidiar a un toro hay que encelarle, darle las vueltas necesarias para amoldarle y corregir defectos de embestida.

Cada vez que se clava, las vueltas se darán preferentemente por el lado izquierdo para intentar igualar la embestida del toro y que no todo se haga por el lado derecho, ya que por allí es por donde se clava normalmente.

El momento de recibir al toro se suele hacer con la grupa del caballo; aunque de forma casual también puede efectuarse con una garrocha (vara larga que se usa en las labores de campo). Esto no puede considerarse una suerte propiamente dicha, sino más bien una tradición. El rejoneador Javier Buendía popularizó el uso de la garrocha para correr a los toros de salida.

Para este primer tercio se requiere una cabalgadura muy manejable, con una cuidada doma, que tenga potencia y velocidad, y que se doble con el toro en círculos pequeños para poderle. Los caballos cruzados (anglo-lusos, anglo-hispanos...) son los que más se utilizan para saludar al toro en la plaza.


El segundo tercio corresponde con el de muleta en el toreo a pie. Es el más artístico, el más vistoso y el más emotivo, en el que se basa principalmente el éxito de la faena, donde se ven las cualidades de cada artista. En este tercio, el rejoneador clava banderillas largas y cortas, a una y a dos manos, adornos de distintas formas y características.

El último tercio, o tercio de muerte se corresponde con la "suerte suprema" en el toreo a pie. No tiene tanta vistosidad, pero es fundamental que se realice de forma eficaz y rápida para conseguir trofeos. En este tercio el rejoneador debe clavar el rejón de muerte, estoque fijado a una empuñadura de madera y enfundado en papel de seda, en el hoyo de las agujas del toro.

Para él se requiere un caballo que tenga valor, que vaya despacio y derecho al toro, que sea capaz de llegarle muy cerca y haga una reunión ajustada. Es importante, además que tenga un galope suave que permita al jinete no moverse de la montura para clavar con mayor precisión.

Se trata de mostrar la doma y las aptitudes de las cabalgaduras. Por ello, para este tercio se requiere un caballo más artista a la hora de ejecutar las suertes; que tenga armonía, expresión, y que se sienta torero. Un caballo menos veloz, pero ágil, con temple, y con valor, que les llegue cerca a los toros y no proteste, y que se doble para realizar bien las suertes. Además deberá estar lo suficientemente bien domado para poder ligar las suertes con facilidad. En estas características se ajusta un caballo español, lusitano o hispano-árabe, ya que sus aires poseen expresión y belleza a raudales y su nobleza facilitará la doma.



Al Estribo:
Que consiste en clavar el rejón en el momento en que el otro mete la cabeza para derrotar en el estribo de la silla.

A Silla Pasada:
Cuando se clava el rejón en el momento en que el toro tira la cabezada en la región de la nalga de la cabalgadura.

A la Grupa:
En que se clava el hierro al tirar la cabezada el toro a la grupa del caballo.

De Cara al Rostro:
O de frente, cuando el rejoneador cita de frente y parte hacia el toro al mismo tiempo que este se arranca, ladeando el caballo y clavando al estribo.

Al Sesgo:
Suerte que se usa con los toros quedados y que consiste en ir el rejoneador paralelo a las tablas, encontrándose el toro perpendicular a ellas y mirando hacia el terreno de fuera y, cuando llega a juridicción, clavar generalmente a silla pasada.

Al Violin:
Más que una suerte es un recurso técnico para poner banderillas a los toros que presentan dificultades por el pitón derecho.
Fue creada por Bernardino Landete y la puso de moda en los ruedos Ginés Cartagena. Consiste en ir al encuentro del toro y en el momento de la reunión, que se producirá por el pitón izquierdo del animal, el caballero levantará el brazo derecho por encima del hombro izquierdo y clavará la banderilla.
Aunque se puede realizar de cualquiera de las formas que ya se han mencionado, tendrá más mérito si se hace de frente.

Par a Dos Manos:
El primero en colocar un par a dos manos fue el portugués Branco Nuncio. Es un par que resulta vistoso y vibrante y que entraña una gran dificultad técnica, porque el caballo no se lleva con las manos sino que el caballero ha de sujetar las riendas a su cintura, manejando la cabalgadura con las piernas, y el cuerpo llevando una banderilla en cada mano. Existen dos formas de clavar el par: reuniéndole en el mismo momento de clavar, o haciéndolo antes de que el toro llegue a la jurisdicción del caballero, sacándole reunido, de arriba abajo. Igualmente se puede llevar a cabo de cualquiera de las maneras ya mencionadas.

Banderillas Cortas:
Es una suerte típica de adorno o lucimiento. Puede ejecutarse poniendo en práctica cualquiera de las formas ya mencionadas (poder a poder, al cuarteo...).Debido a la mínima longitud que tiene el palo resulta difícil clavar en lo alto del morrillo, lo que obliga a acercarse mucho al toro. Por ello, la suerte se suele ejecutar casi siempre a la media vuelta, ya que es el procedimiento mejor para llegar al enemigo con menor riesgo.

De la Rosa:
Fue creada por Ángel Peralta en un intento de buscar mayor variedad. Al igual que las banderillas cortas, la suerte de la rosa es de adorno y puede llevarse a cabo exactamente igual que las ejecutadas con rejones y banderillas. Lo único que cambia es el tamaño del arma que porta el caballero, pero la manera de realizarse será la misma.

Suerte de matar:
Esta suerte siempre se hace con rejón, aunque alguna vez, en contadas ocasiones, se realiza desde el caballo con la espada. Pero para hacer esto hay que tener un toro que humille al embestir, cosa poco corriente en las reses que se rejonean, porque al ser atacadas por arriba, suelen defenderse levantando la cara para no dejar paso al rejón. Además entraña una gran dificultad ya que desde el caballo se clava de arriba a abajo y es difícil hacerlo de delante hacia atrás (como se debe hacer con el estoque).

Esta suerte la practicaron Antonio Cañero, Álvaro Domecq y Díez, Álvaro Domecq Romero; y en la actualidad Hermoso de Mendoza.

Con el rejón de muerte, la suerte se suele efectuar de frente o a la media vuelta, ya que a la hora de matar, el caballero encuentra más dificultades porque los toros, en sus últimas embestidas, no suelen obedecer, ni tienen impulso en sus últimas arrancadas para ayudar a meter el rejón. Además tienden a echar la cara arriba y se tapan, lo que dificulta el momento de clavar.



Hay otra manera, muy poco utilizada, en la que el caballo espera al toro y cuando éste se arranca, le pierde pasos andando hacia atrás.Todas las suertes que se realizan en el rejoneo escribir se pueden llevar a cabo de las siguientes maneras:
Recibiendo. Se denomina así, cuando el toro se arranca hacia la cabalgadura, y el caballo espera la embestida del animal.

De Poder a Poder. Cuando el toro y el caballo inician al mismo tiempo la arrancada.

Atacando. En este caso, el toro esperará al caballo, que se meterá en el terreno del astado.


Hay otra manera, muy poco utilizada, en la que el caballo espera al toro y cuando éste se arranca, le pierde pasos andando hacia atrás.


Aspectos a tener en cuenta para la ejecucion de las Suertes
Dependiendo de la condición del toro (si es bravo y tiene acometividad, si es manso y tiene querencias...) y de su situación en el ruedo (si está en los medios, en las tablas...) se efectuará una determinada suerte. La preparación: El jinete debe conocer al toro y ponerle en el sitio clave, encontrándose él también situado para realizar la suerte. El embroque o reunión es el centro de la suerte. La manera ideal de llegar a ella es con la cabeza del toro bajo el estribo y con los dorsos de los animales en ángulo agudo. El remate deberá hacerse con el caballo arqueado, siempre galopando en círculo y buscando la cola del toro, que tratará, a su vez, de buscar la cola del caballo. Se procurará, además, dejar al toro colocado convenientemente para iniciar la siguiente suerte.

El mérito de toda suerte aumenta si se hace despacio, con temple, con elegancia, con limpieza, y de forma ajustada. Todo lo que se haga cerca del centro de la plaza tiene más valor, porque la suerte tiene que dominarla el jinete, al no dejar al caballo que se le abra. El amparo de las tablas es una ayuda para el caballo pues no puede tratar de irse. El caballero debe llevar al equino reunido y fijo al sitio de clavar el par, siendo más perfecto cuanto más por delante y al estribo se haga e imperfecto cuando lo pone por detrás girando el cuerpo el jinete hacia los cuartos traseros del caballo.





Las suertes básicas o fundamentales en el toreo a caballo se agrupan en las siguientes:

De Frente o de Poder a Poder
Es la suerte más importante del toreo a caballo y la que conlleva más pureza, valor y dificultad. Es de difícilejecución y entraña gran riesgo, ya que exige una medición perfecta de los terrenos y una gran precisión en el embroque. El caballero con su montura se pondrá frente a frente con el toro en línea recta. El jinete citará al animal que arrancará a la vez que el caballo hacia él. Cuando se encuentren, en el último momento, el jinete dará salida suavemente al caballo hacia la izquierda. La reunión o embroque puede llevarse a cabo en cualquier terreno, aunque el sitio ideal para un mayor lucimiento son los medios. Y se ha de clavar, siempre de arriba a abajo y de forma perpendicular, cuando la cabeza del toro se encuentre bajo el estribo. Finalmente, el caballo tendrá que salirse de la suerte rematándola en círculo, girando hacia la cola del toro, que a su vez buscará la grupa del caballo, dejando, si es posible, al animal preparado para la siguiente ejecución. Esta suerte podrá efectuarse a toros que tengan movilidad, bravura y acometividad. Hay una variación de la suerte de frente, que se denomina "suerte de caras", que se diferencia de la anterior en que el caballo, al llegar al terreno del toro, se desplaza lateralmente con un galope de costado y va mostrando el pecho y la cara al toro.

Al Cuarteo
Puede realizarse en cualquier terreno del ruedo. Consiste en que estando frente a frente toro y caballo, el jinete avanzará hacia la res desde ese punto abriendo el cuarteo con un círculo antes de llegar al toro y provocar su embestida. El cuarteo o el círculo que trazará la cabalgadura será menor cuanta mayor sea la velocidad de la embestida del toro. Y mayor, cuanto más lento sea el ataque de la res.

De Tira Perpendicula
Con el toro y el caballero enfrente uno del otro, el jinete marcha abriendo el caballo hacia la izquierda tirando una línea recta, en vez de abrir un círculo como en el caso de "el cuarteo".

Al Sesgo
Esta suerte se aplica en el caso de que el toro muestre querencias a tablas, esté quedado y difícilmente salga para los medios. Aunque, a veces, también se realizará con el motivo de poder ligar la siguiente suerte si el caballero y la res han quedado colocados en estos terrenos al realizar la suerte anterior. Consiste en ir el rejoneador paralelo a las tablas, encontrándose el toro en ellas mirando hacia el terrero de fuera. El jinete galopará en dirección al toro, sesgándole (en diagonal) y aprovechará la arrancada del animal para clavar. Tras la reunión, que se llevará a cabo en las tablas, el caballo deberá pasar por dentro si le queda espacio para revolverse, si no es posible escapará por fuera.

De Dentro a Fuera
Más que una suerte puede considerarse como una situación dentro de la plaza. En ella, a diferencia de "al sesgo", el toro estará en el tercio o en los medios, y el caballo situado con la grupa pegada a las tablas. El jinete irá en busca del toro desde los terrenos de dentro hacia los de fuera, cuarteando o de frente, y aprovechará la embestida del animal a favor de la querencia a tablas.

A la Madia Vuelta
Es un recurso que se ejecuta cuando el toro no se arranca o tiene dificultades, y es de menor calidad que las anteriores. Con el toro parado, el jinete sorprenderá al animal describiendo una media luna alrededor de él buscando la parte posterior de la res. Cuando el toro se arranque, el equino ya la habrá alcanzado. Se usa mucho para clavar banderillas cortas, sobre todo en las colleras (cuando dos caballeros lidian el mismo toro) y algunas veces para matar.

Al Piton Contrario
Consiste en ir el jinete de frente hacia el toro y cargar la suerte con el caballo hacia el pitón contrario del animal desplazándole hacia fuera. Inmediatamente después cambiará la trayectoria del caballo hacia el pitón de salida, para clavar y reunir con temple, saliendo de la suerte redondeando hacia la cola del toro.

Al Quiebro
La suerte denominada al quiebro es un "pitón contrario" muy marcado, que se realiza con el caballo casi parado. Se puede llevar a cabo aproximándose al toro, a galope o al paso. Estas suertes enumeradas son las fundamentales en el toreo a caballo y pueden utilizarse en los tres tercios de la lidia. Pero en un intento de dar mayor variedad y amenidad al rejoneo existen otras, que pueden denominarse recursos o de adorno.